La felicidad depende de nosotros mismos

Conocerte a tí mismo es el principio de toda sabiduría.

Deseando de ser amigos es un trabajo rápido, pero la amistad es una fruta de maduración lenta.

Lo he ganado por la filosofía; Hago sin que me ordenen lo que algunos se ven obligados a hacer por su miedo a la ley.

La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce.

Para escribir bien, exprésate como la gente común, pero piensa como un sabio.

Quienes educan bien a los niños son más dignos de honra que quienes los producen; porque estos solo les dieron vida, esos el arte de vivir bien.

Sé un pensador libre y no aceptes todo lo que escuchas como verdad.

Sé crítico y evalúa en qué crees.

Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto sino un hábito.

Es propio de una mente educada de poder entretener un pensamiento sin aceptarlo.

Si quieres que tu vida te sonría,
dale primero tu buen humor.

Lo que tenemos que aprender a hacer,
aprendemos haciendo.

Educar la mente sin educar al corazón no es educación en absoluto.

El placer en el empleo pone
la perfección en el trabajo.

La excelencia nunca es un accidente.
Siempre es el resultado de la alta intención, el esfuerzo sincero, y ejecución inteligente; representa la sabia elección de muchas alternativas
- la elección, no el azar, determina tu destino.

La energía de la mente es la esencia de la vida.

Los que saben, hacen.
Los que comprenden, enseñan.